Adicción, violencia de género, depresión, disfunción eréctil, impactos negativos y perjudiciales en el cerebro, enfermedades de transmisión sexual, cosificación, trata de personas, prostitución, explotación principalmente de mujeres y menores de edad, etc.
La noticia de que el canal más importante de pornografía, Pornhub, abre gratis sus contenidos de pago –durante el periodo de cuarentena por el coronavirus COVID-19– ha despertado interés y reacciones diversas.
Apoya esta campaña y difúndela en Change. Mirar a las personas como seres humanos es un derecho básico.
Desde la Fundación Aprender a Mirar (FAAM), en su empeño por proteger al menor y en línea con su proyecto social de empoderamiento de la mujer (ambos en el entorno audiovisual y digital), se quiere denunciar y explicar, en colaboración con la Asociación de Consumidores de Medios Audiovisuales de Cataluña (ACMAC), cómo esta propuesta pretende manipular al consumidor y es una irresponsabilidad social hacia la infancia, las mujeres y las familias que están viviendo un tiempo de obligado confinamiento.
FAAM aporta varios motivos:
A.- Pornhub da acceso gratuito a sus contenidos de pago durante un mes y luego ¿qué? El consumo de pornografía, aunque empiece de forma ocasional, se convierte rápidamente en una actividad que busca ser repetida para obtener la satisfacción que se obtuvo la vez anterior.
La evidencia neurológica ha demostrado que estímulos (como la pornografía) tienden a activar intensamente las vías de la dopamina, con lo que se bloquea la respuesta de recompensa diseñada para estímulos naturales. Con esto, se promueve el consumo excesivo y, en algunos casos, la adicción (1).
B.- Dicha plataforma sostiene que los ingresos que reciban se destinarán a la lucha contra el coronavirus. ¿Quién confía en una industria que utiliza, maltrata, veja y engaña a las mujeres? Incluso, tras las acusaciones de personas individuales, algunas instancias públicas ya empiezan a denunciar los abusos. Entre las primeras se encuentra Mireia del Pozo. Del Pozo es creadora y directora del programa Plusvàlua Dones, el primer y único programa de radio en Cataluña y Andorra que aborda exclusivamente temas sobre la mujer para toda la sociedad, y denuncia que se trata de un “paso agigantado hacia atrás en la equiparación de los derechos de las mujeres; y algo que puede llevar a una gran confusión de falso empoderamiento de las jóvenes”.
En Estados Unidos, el senador Ben Sasse ha solicitado al Departamento de Justicia que investigue a Pornhub por su “presunta participación en videos de mujeres y niños violados y traficados sexuales” (2). Paralelamente, una plataforma americana Exodus Cry lleva ya 500.000 firmas recogidas pidiendo el cierre de Pornhub. Hay otras muchas iniciativas que, en diferentes países, se están llevando a cabo para indagar sobre esta web.
Y, en cualquier caso, en este momento de incertidumbre social ¿es lícito combatir un virus con otro virus? Como dice Ismael López Fauste, autor del libro Escúpelo: crónicas en negro sobre el porno en España (3):
Pornhub es la plataforma más visible de los tubes gratuitos de porno. El problema con ello es que presenta un escaparate en el que no parece haber consecuencia para mostrar vídeos de agresiones sexuales grabadas, o incluso material comercial al que la propia actriz ha renunciado. Por algún motivo, Pornhub se libra de las consecuencias legales y sociales de difundir vídeos contra la voluntad de algunas de las mujeres que aparecen en ellos.”
C.- La ausencia de filtros para menores de edad se da en, prácticamente, todos los vídeos de la web, hasta en el apartado llamado “Sexo duro”. La oferta de gratuidad en los contenidos premiun no es más que un gancho promocional para que diferentes diarios y agencias de noticias hagan publicidad gratis de Pornhub (como así ha sucedido). De hecho, solo en la portada (sin filtros ni controles), pueden verse fotografías y vídeos explícitos. Todo el mundo puede llegar a ellos, buscándolos o no. Además, los propios menores de edad pueden subir contenido sexual, convirtiéndose en productores y explotadores.
En la jornada que la Fundación Casa de la Misericordia organizó en el mes de mayo de 2019 en el Palau Macaya de Barcelona, titulada Reforzar la personalidad del adolescente: el riesgo del alcohol y la pornografía como actividades recreativas, Roberto Valverde, fiscal delegado de criminalidad informática en Barcelona, explica claramente que hoy hay tanto explotación de los jóvenes como también explotación propia. En el contexto de su lucha contra la pornografía infantil, afirma que, a veces, ya no se encuentran con “un malvado delincuente, sino con chavales de dieciséis años que han grabado a su novia. La autoexplotación de los menores, es una realidad”.
D.- Por otro lado, el consumo de pornografía tiene diferentes consecuencias respaldadas por multitud de estudios. No se trata de moral, de principios o de lo que cada uno considere con su propia libertad. El consumo indiscriminado, continuado y masivo de este tipo de imágenes tiene diferentes consecuencias sociales que ponen en riesgo muchas cuestiones por las que las autoridades competentes y la sociedad en general debe velar; en especial, por la salvaguarda de la infancia y su entorno.
Mucho y terrible es el daño que puede hacer la pornografía en nuestras vidas, tanto a los que la consumen como a los que son utilizados para producirla. Con frecuencia y al principio, los efectos pueden pasar más desapercibidos. Pero, van calando en la sociedad poco a poco, dejando huella, erosionando todo lo que toca, hasta llegar al punto álgido de destrucción y deshumanización de la persona y de la sociedad.
En cinco apartados, aportamos algunos estudios que avalan los efectos de visionar pornografía a través de las pantallas.
1.- Cerebro
La pornografía deja una huella muy potente en el cerebro adolescente. Bien sea más o menos violenta, nunca debería verla. Así lo demuestra hoy la neurociencia con textos científicos que hablan de las alteraciones cerebrales que comporta su consumo, similar a los efectos de otras adicciones:
Neural Correlates of Sexual Cue Reactivity in Individuals with and without Compulsive Sexual Behaviours (4)
Compulsive sexual behavior: Prefrontal and limbic volume and interactions (5)
HPA axis dysregulation in men with hypersexual disorder (6)
Por ejemplo, en un estudio realizado por la Universitat de les Illes Balears titulado Nueva pornografía y cambios en las relaciones interpersonales de adolescentes y jóvenes (7), en España, un 70% de los jóvenes ha visto pornografía en internet, un género al que se accede por primera vez a los 8 años y su consumo se generaliza a los 14. Por otro lado, una encuesta realizada a 813 adolescentes y adultos jóvenes de EE.UU. (entre 13 y 25 años) ha constatado que los niños son más susceptibles que los adultos a las adicciones y a los efectos en el desarrollo del cerebro (8).
En este contexto, Anna Bruch Granados –psicóloga forense (experta en psicopatología legal, forense y criminológica). Miembro de la sección de psicología jurídica y clínica del Colegio Oficial de Psicología de Cataluña (COPC) y Miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Psiquiatría Forense (SEPF)– añade que “la adicción a la pornografía en internet encaja dentro del marco de las adicciones conocidas y comparte mecanismos básicos con las sustancias tóxicas. Es un proceso análogo al del consumo de drogas, que produce la necesidad de mayores dosis, con la circunstancia que, en la pornografía, los estímulos resultan más inmediatos y accesibles (mundo online) (9).
Al mismo tiempo, la pornografía resulta una falsa representación de la sexualidad, y actúa distorsionando conceptos con respecto a las mismas relaciones sexuales, las actitudes y la conducta sexual (10). En este sentido, legitima ideas contrarias a una sexualidad sana, la igualdad entre géneros y las relaciones humanas. Todo ello se traduce en una alteración de un desarrollo integral sano en los menores.
2.- Educación sexual
En la jornada que hemos citado anteriormente, Reforzar la personalidad del adolescente: el riesgo del alcohol y la pornografía como actividades recreativas, el biólogo holandés Vicent Kemme señaló que: “Vivimos un momento de incertidumbre sobre la sexualidad” debido a «la deficiente educación sexual que reciben los jóvenes de hoy en día». Kemme también subrayó «las tres ‘as’ de la pornografía: Affordable (de acceso gratuito), Anonymous (escondiéndose en el anonimato) y Accessible (a través de cualquier dispositivo electrónico)».
Se ha comprobado que el manejo más frecuente de material de internet sexualmente explícito fomenta una mayor incertidumbre sexual en la formación de creencias y valores al respecto. Pero también, y es importante, promueve un cambio de la permisividad y el apoyo a la exploración sexual no comprometida (11).
En referencia a conductas sexuales de riesgo, el uso de pornografía en internet está relacionado con aumentos de actividad sexual problemática a edades más tempranas y con una mayor probabilidad de involucrarse en conductas sexuales de riesgo. Estamos hablando de hookups, parejas sexuales múltiples, sexo anal, sexo grupal y uso de sustancias durante el sexo con adolescentes jóvenes (12).
También, y en la misma línea, una encuesta en el Reino Unido descubrió que el 44% de los hombres de once a dieciséis años que vieron pornografía informaron que la pornografía en línea les dio ideas sobre el tipo de sexo que querían probar (13).
Anna Bruch declara que, “la diversidad y tolerancia (distorsionadas) que promueve la pornografía, ante la vivencia de la sexualidad, repercute directamente en la aceptabilidad de los menores de edad respecto a cualquier práctica sexual”. Es decir, afecta directamente en la forma que se concibe, desarrolla y practica. Por ello, observamos que el consumo de pornografía puede conducir a un aumento de la sexualidad (hipersexualidad); lo que puede, a su vez, derivar en adicción al sexo.
Claramente, dichas prácticas conducen a experiencias de riesgo que comportan una mayor probabilidad de ocasionar problemas de salud (14). Con frecuencia, surgen enfermedades relacionadas con los trastornos del estado del ánimo, ansiedad, uso de sustancias tóxicas y TDAH (15). Diversos estudios indican que estos individuos albergan una mayor probabilidad de contraer enfermedades de transmisión sexual y embarazos no deseados.
Por otra parte, el consumo de pornografía puede facilitar la comisión de delitos sexuales, ya que puede contribuir a la normalización de determinados comportamientos violentos dentro de las relaciones sexuales (16). Por ejemplo, un estudio llevado a cabo con una muestra de adolescentes italianos demostró que el consumo de pornografía estaba asociado con acosar sexualmente a un compañero o con forzar a alguien a mantener relaciones sexuales (17).
De lo mencionado anteriormente, puede deducirse que el consumo de pornografía puede aumentar la probabilidad de perpetuar violencia sexual en los hombres e incrementar la probabilidad de ser víctima de violencia sexual en las mujeres.
3.- Relaciones familiares, afectivas y sexuales
Si abordamos otro asunto clave, como es la victimización física y sexual, localizamos una encuesta representativa (Gran Bretaña) sobre el uso de pornografía entre jóvenes de nueve a diecisiete años de edad. El sondeo publicó que aquellos con una mayor exposición a la pornografía en internet eran significativamente más propensos a denunciar la victimización física y sexual (18).
Nuestro entendimiento de la afectividad va necesariamente unido a cómo concebimos la sexualidad. De esta manera, me atrevería a decir que, en los últimos tiempos, ha existido un triángulo que podríamos calificar como el de la “mala educación” masculina. Me refiero al que conforman el amor romántico, la pornografía y la prostitución”. (Octavio Salazar, en su libro El hombre que no deberíamos ser. Texto extraído del capítulo El hombre depredador).
No obstante, si hablamos del impacto de la exposición de los jóvenes, el mundo académico revela que, entre los hombres, cuanto menor es su edad de primera exposición a la pornografía, mayor es su consumo actual de pornografía, así como es mayor la integración de la pornografía en su actividad sexual y es menor el disfrute del sexo en pareja (19).
Por otra parte, acerca del sexo con adolescentes más jóvenes, en un estudio transversal de 710 noruegos de dieciocho a diecinueve años, el 19,1% de los chicos que indicaron alguna probabilidad de tener relaciones sexuales con alguien de trece a catorce años también informó que consumían pornografía con más frecuencia y que tenían más amigos interesados en la pornografía infantil y la pornografía de tipo violento (20).
Además, en cuestiones de satisfacción sexual, una exploración longitudinal de 1.052 adolescentes holandeses, de entre trece y veinte años, verificó que la exposición a material de internet sexualmente explícito redujo, constantemente, la satisfacción de los adolescentes con su vida sexual. Esta influencia negativa de lo explícito fue igualmente fuerte entre chicos y chicas (21).
4. Violencia hacia las mujeres y las niñas
Neus Pociello Cayuela –directora de la Fundación Aroa, experta en el Observatorio Europeo de violencia hacia las mujeres y las niñas y vicepresidenta del Consejo Nacional de Mujeres de España– detalla, a continuación, la necesidad de promover una política que proteja a la mujer y a las niñas que son objeto de trata y a las víctimas de explotación sexual.
Dicho ensayo también desvela que la categoría de mayor interés de búsqueda por parte de las y los menores, dentro de las categorías de portales para personas adultas (tiendas, redes sociales, noticias, apuestas…), es la de la pornografía, y que la edad más temprana en la que empiezan a mirarla son los seis años, aunque la media de edad son los once. Por otra parte, la distribución por sexos es significativa: el 90% de los niños y el 60% de las niñas.
Todos estos datos tienen un paralelismo con los resultados que se obtuvieron en una investigación sobre prevalencia de las violencias de género en la adolescencia, impulsada por el equipo de la Fundación Aroa en el marco del proyecto europeo GEAR against IPV II. En ella, se desveló que el 20% de la población objeto del estudio se había iniciado en la sexualidad compartida a los once años (23). La semejanza en cifras coincide, de nuevo, con otra observación. Esta vez es la del mismo portal Pornhub que afirma que sus clientes son en un 76% hombres y en 24% mujeres.
La pornografía mainstream (a la que acceden sin barreras de protección específicas los jóvenes) está enfocada, como vemos, al consumo de un público mayoritariamente masculino. Se basa en satisfacer el placer desde una óptica de hombre cisgénero, patriarcal y sexista, donde la mujer tiene un rol de objeto sexual, bajo el falso escenario de la expresión libre de la sexualidad.
Más allá de la reproducción de roles de género discriminatorios que acabamos de plantear, la pornografía comercial dominante requiere un análisis, desde un enfoque de derechos humanos centrado en tres categorías: la garantía y protección de Derechos fundamentales, de Derechos humanos de la infancia y de Derechos humanos de las mujeres.
Al igual que se exige en otros sectores, si la pornografía es objeto de consumo y negocio, debe también promover y garantizar derechos fundamentales como el derecho a la libertad, la integridad física, la igualdad de trato y no discriminación, a la educación, a la intimidad personal y familiar, así como la protección de datos o el secreto de las comunicaciones, especialmente importante en los casos de pornovenganza que últimamente son motivo de noticia precisamente por la denuncia de plataformas como Pornhub como canal para perpetrar estos delitos impunemente.
También es primordial la protección de las víctimas. Por tanto, la pornografía no puede ser el resultado de tráfico o explotación de personas, ni haberse obtenido bajo coacción o abuso. Del mismo modo no debe fomentar modelos de sexualidad sexistas, basados en la dominación del hombre hacia la mujer, ni en modelos de consumo del cuerpo de las mujeres como objeto de sumisión. Es preciso, por el contrario, transmitir un modelo de sexualidad expresada desde la igualdad, la creatividad, la comunicación, el respeto, la escucha, el placer y deseo mutuo.
Este marco que acabamos de definir no es una demanda particular, tampoco debería ser un escenario ideal en esta industria, sino que es un marco de recomendación expresa y/o de cumplimiento obligatorio en los múltiples instrumentos internacionales que determinan que la discriminación y la violencia hacia las mujeres y las niñas (24), el tráfico por motivos de explotación sexual o la utilización de la infancia en la pornografía (25), son graves vulneraciones de derechos humanos.
Incluso, estos mismos instrumentos señalan la responsabilidad que tienen los estados de reforzar medidas para proteger a la infancia desde el ámbito privado familiar; por ejemplo. introduciendo herramientas que mejoren las habilidades de los padres y madres para detectar la violencia sexual en el ámbito online o el control de acceso a pornografía en internet (26). Como ejemplos, sirvan:
- la campaña Say No de la Europol (27)
- el promover, en el ámbito comunitario, el desarrollo de pensamiento crítico para contrarrestar el sexismo en el lenguaje, en las ilustraciones de libros, en los contenidos en línea (27) y en películas
- el neutralizar la pornografía que da forma a ciertas actitudes y al comportamiento e identidad de niñas y niños
- y el sensibilizar a la población del vínculo entre sexismo y violencia hacia las mujeres y las niñas (24).
Los estados deben hacer seguimiento de estas plataformas online (28) e incorporar sanciones (reforzadas por este marco internacional) para evitar que esta industria se mueva y se lucre con la vulneración de derechos humanos, y para hacer efectiva la protección de la infancia y de las mujeres contra todo acto de discriminación; para suprimir todas las formas de trata y explotación sexual, así como el derecho a una educación afectivo sexual que permita desarrollarse plenamente como personas en un contexto relacional y social de igualdad.
Conclusión: En resumidas cuentas
Según una de las expertas consultadas por Fundación Aprender a Mirar y la Asociación de Consumidores de Medios Audiovisuales de Cataluña, Elena Roger (pedagoga y directora del portal solohijos.com), “estos días de confinamiento son días de más exposición a las pantallas. Pornhub y otras “generosas” webs ofrecen sus contenidos de forma gratuita. Es relativamente fácil que, sin nuestra supervisión y sin un pensamiento crítico por su parte, nuestros hijos accedan a contenidos de pornografía y violencia. Y cuando esta información entra en sus cabezas, algo cambia en su manera de ver y sentir el mundo. No solo el impacto personal es enorme; también lo es el familiar. Porque cuando la mente de un niño se contamina con violencia y pornografía, algo cambia, a la vez, en su entorno. Esas imágenes quedarán grabadas en su repertorio cognitivo, con los valores y creencias que conllevan, formando parte de una manera de pensar y actuar. Eliminarlas una vez asimiladas en la mente llevará mucho tiempo y esfuerzo y, seguramente, dolor. Por eso, no les des “barra libre tecnológica”: supervisa, acompaña y enseña a pensar con criterio a tus hijos”.
Por todos estos motivos, Fundación Aprender a Mirar y la Asociación de Consumidores de Medios Audiovisuales de Cataluña llevan a cabo esta acción de alerta a los padres y madres, últimos responsables de los menores, a las autoridades competentes y a la sociedad en general.
El presidente de Fundación Aprender a Mirar, José Mª Guerra, declara que “es capital no olvidar a los más vulnerables, los niños y niñas, que salen perdiendo de estrategias oscuras y maquilladas de generosidad, como la que representa Pornhub”.
Por su parte, la experta de FAAM en mujer, derechos e hipersexualización, Anna Plans y presidenta de la Asociación de Consumidores de Medios Audiovisuales, declara: “Demasiados jóvenes están aprendiendo sobre sexo, relaciones y cómo tratar a las mujeres y a las niñas con la pornografía. Ha llegado el momento de poner freno a una industria que se alimenta de esclavizar a la mujer y de esclavizar, a la vez, la mirada del hombre”.
- Pedimos una actuación rápida y eficaz para proteger a los niños y niñas de este tipo de contenidos que se consumen con entera libertad en la red.
- Por eso, reclamamos que las plataformas implicadas, en especial Pornhub, incluyan un auténtico control de acceso por edades que asegure la salvaguarda que exige la legislación.
- Así mismo, exigimos a las autoridades competentes, estatales, autonómicas y municipales, que sean estrictas con la ley y el amparo de sus ciudadanos más frágiles. Deben aplicar los criterios restrictivos y punitivos que ellos mismos han impuesto a través de los órganos legislativos y ejecutivos, sin olvidar los judiciales.
- Finalmente, y lo más determinante, apelamos a todas las personas para que apoyen esta campaña con los hechos y con su difusión.
- Y, como siempre, padres, madres y educadores, en este periodo de más consumo audiovisual, no “abandonemos” a los menores de edad en el inmenso mundo de internet sin supervisión ni pensamiento crítico. Ayudémosles a elegir bien los contenidos de las pantallas.
Si quieres que nadie sea explotado; que las mujeres y niñas vivan en un clima de respeto e igualdad; y que ningún menor de edad reciba la violencia de estos contenidos apoya y difunde esta campaña a través de Change y @AprenderMirar.
Artículo elaborado en colaboración con:
- Anna Plans Colomé (Presidenta de la Associació de Consumidors de Mitjans Audiovisuals de Catalunya. Profesora experta en mujer del Programa de Educación Audiovisual de la Fundación Aprender a Mirar y de la misma asociación que preside)
- Neus Pociello Cayuela (Directora de la Fundación Aroa, experta en el Observatorio Europeo de violencia hacia las mujeres y las niñas y vicepresidenta del Consejo Nacional de Mujeres de España)
- Mireia del Pozo (Creadora y directora del programa Plusvàlua Dones)
- Ismael López Fauste (Autor del libro Escúpelo: crónicas en negro sobre el porno en España)
- Anna Bruch Granados (Psicóloga forense (experta en psicopatología legal, forense y criminológica, miembro de la sección de psicología jurídica y clínica del Colegio Oficial de Psicología de Cataluña (COPC) y miembro de la junta directiva de la Sociedad Española de Psiquiatría Forense (SEPF))
- Elena Roger (Pedagoga y directora del portal solohijos.com)
- Mar Ouro (Jurista, especializada en derecho medioambiental)
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(24) ^ ^ (Art.16 CEDAW, Naciones Unidas) Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW) https://www.ohchr.org/Documents/ProfessionalInterest/cedaw_SP.pdf
(25) ^ (Art.6 CEDAW, Convención Derechos de la Infancia, Convenio de Estambul y Convenio del Consejo de Europa sobre la Lucha contra la Trata de Seres Humanos) Convenio de Istanbul https://rm.coe.int/1680462543
Protocolo facultativo de la Convención sobre los Derechos del Niño relativo a la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía https://www.un.org/es/events/childrenday/pdf/derechos.pdf
Convenio del Consejo de Europa sobre la Lucha contra la Trata de Seres Humanos (STCE nº 197, 2005) y el Convenio del Consejo de Europa para la protección de los niños contra la explotación y el abuso sexual (STCE nº 201, 2007)
(26) ^ Recomendación del Consejo de Europa Prevenir y luchar contra el sexismo CM/Rec (2019)1 Recommendation CM/Rec(2019)1 Consejo de Europa Prevenir y luchar contra el sexismo
https://rm.coe.int/prems-055519-gbr-2573-cmrec-2019-1-web-a5/168093e08c
(27) ^ Campanya Say No (Europol)
https://www.europol.europa.eu/activities-services/public-awareness-and-prevention-guides/online-sexual-coercion-and-extortion-crime
https://www.europol.europa.eu/removing-links-to-explicit-content
(28) ^ Directiva 2011/93/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 13 de diciembre de 2011, relativa a la lucha contra los abusos sexuales y la explotación sexual de los menores y la pornografía infantil y por la que se sustituye la Decisión marco 2004/68/JAI del Consejo https://eur-lex.europa.eu/legal-content/ES/TXT/?uri=celex:32011L0093
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